lunes, 28 de febrero de 2011

El Mecánico.

El destino les regaló la vida al dejarles amarse.
Eso se repetía él una y otra vez mientras la miraba.
Siempre le atrajo, no sabía por qué, no era su tipo, o al menos eso pensaba él,
pero desde el primer día en que la conoció sintió que ya no podía ni quería separarse de ella. Era tan hermosa, tan dulce, su voz..... jamás la volvería a oír.
Los mecánicos no deben enamorarse, se repetía una y otra vez antes de saludarla. Al final la enamoró y ahora vagaba por las calles, sin vida.