martes, 7 de mayo de 2013

La llamaban Dolores.

Vi voglio bene, había escrito en una hoja. El dolor era inmenso. Cuándo había dejado de sentirse libre? cuándo empezó a tener miedo? cuándo se dio cuenta, de que realmente uno siempre está solo? Odiaba la soledad y por eso siempre intentaba estar con alguien. No le gustaba estar sola, y mucho menos de noche. Pensaba que lo tenía todo, pero realmente, a veces se sentía sola. Ese dolor solo lo sufría ella y por más que lo intentase explicar nadie podría saber lo asquerosamente jodida que se sentía. Era un dolor penetrante, continuo, asfixiante y cansino. Era un dolor que se personificaba en miedo. Miedo a no poder tirar hacia delante. Era como un puto enano pegado al culo que te va martilleando continuamente sin dejarte ni un solo segundo. Era un dolor que le hacía sentirse sola. Un dolor que podía más con ella aunque ella intentase mantenerse fuerte, encontraba las grietas y por ahí entraba y se retorcía y se agarraba bien fuerte. Un dolor hijo puta, pero te venceré cabrón!, dijo, y rompió la nota.

viernes, 19 de abril de 2013

Oh Bella Ciao.

Cada una de nosotras nos llevábamos un pedacito de arte aquel día que mantendríamos en el recuerdo toda la vida. La verdad es que era un día cualquiera en el que nos juntábamos las tres, pero he de deciros que cada vez que las tres estábamos juntas nos pasaban cosas surreales, increíbles. No sé muy bien hacia donde nos dirigíamos tras salir por el portal de mi casa de Largo Barriera Vecchia, preciosa calle por cierto. Lo que sé es que de repente comenzamos a oír una música a lo lejos y nuestros pies, cual ratitas siguiendo al flautista, se dirigieron en busca del origen de esa música. Y allí estaban, un batería que nos enamoró, un guitarrista y un bajista tocando al mundo. No era ninguna calle céntrica, eso lo recuerdo, quizá era por Piazza della Borsa, lo que sí recuerdo es ese momento mágico. Las tres bailábamos nuestra alegría cuando llegó la explosión al dedicarnos "La Flaca", para las españolas dijeron. Y allí estábamos, saltando pletóricas de amistad sin saber como se nos marcaría ese día a fuego en las entrañas. No quedó ahí la cosa. No sé muy bien como pudimos salir de ahí, quizá fue porque dejaron de tocar, porque si no habríamos estado allí comiendo bienestar y bebiendo risas hasta desfallecer, pero la cuestión es que acabamos en Piazza Sant´Antonio preguntándonos quién sería ese abuelito rastas que estaba encima de un escenario, "Quizá sea un técnico" dijo alguna, "Habrá un concierto esta noche?" dijo otra, "Venimos luego y lo comprobamos" remató la tercera. Para hacer tiempo decidimos irnos de librerías, somos únicas. Íbamos a mirar y salimos a manos llenas, libros por doquier, no nos dejamos ni uno. Y acabamos allí, en el concierto, con ese abuelito rastas que ahora iba trajeado  que resultó ser el saxofonista de un grupo de Ska famoso en Italia. Sí, nosotras estuvimos allí, sin pensarlo, sin planearlo. Ahora sé que el destino tiende a separarnos, porque Titi, Tamara, no se puede apreciar la primavera sin pasar por el invierno. Vi voglio bene.

miércoles, 27 de marzo de 2013

The sisters day

Como si de maletas se tratasen cargaron toda su ilusión, su elegancia, su saber estar, su simpatía y llegaron en taxi a lo divas, porque ellas lo valen. El taxista, un sabio de otro tiempo, las vio venir, sabía que esas dos chicas iban a alegrarle la tarde a más de una. Por eso, decidió llevarlas hasta la misma puerta, pensó que hoy en día no hay mucha gente así y era su deber cuidarlas. No borraron su sonrisa en ningún momento a pesar de la desvergüenza de algunas. Para las que estábamos allí no se trató de una transacción económica material y banal, fue una reunión de amigas de toda la vida, no tuvimos la sensación de comprar porque cada una de nosotras nos llevábamos un pedacito de arte.

lunes, 25 de marzo de 2013

Vida de Maleta


Más bien parecían unas actrices sacadas de una peli de terror o de un programa de esos en que te cambian de look por necesidad social. Maquilladas a lo guacamayo, cacareaban a grito pelao' resultando obscenas a los oídos. Les gustaba llamar la atención, y lo hacían, vaya que lo hacían, pero no como a ellas les hubiese gustado. De su ropa, solo diré que verlas me recordaba a esa frase de la canción de Pereza "qué difícil ser lo más que fácil ser elegante". Como dice mi madre, lo importante es la percha. Su presencia resultaba vomitiva a mi tranquila existencia. Su discurso era un sin sentido continuo. Profesoras altruistas daban clases por doquier a quien se les plantase por delante, provocando risión en lugar de erudición. Eran tan altivas, tan inteligentes y tan listas que no se dieron cuenta de que pasearon por sus vidas como si de maletas se tratasen.

jueves, 13 de octubre de 2011

Zombiland

-"Y ahora, vaga por las calles sin vida"
¿Qué es eso de que mamá va por ahí sin vida?
No lo entiendo. Quiero preguntarle tantas cosas, pero no puedo.
Papá nunca había llorado.
Hace meses que mamá desapareció. Primero fue la iaia, luego la tía....
sólo las mujeres.
Me pareció verlas un día, pero no podían ser ellas,
más bien parecían unas actrices sacadas de una peli de terror.

lunes, 28 de febrero de 2011

El Mecánico.

El destino les regaló la vida al dejarles amarse.
Eso se repetía él una y otra vez mientras la miraba.
Siempre le atrajo, no sabía por qué, no era su tipo, o al menos eso pensaba él,
pero desde el primer día en que la conoció sintió que ya no podía ni quería separarse de ella. Era tan hermosa, tan dulce, su voz..... jamás la volvería a oír.
Los mecánicos no deben enamorarse, se repetía una y otra vez antes de saludarla. Al final la enamoró y ahora vagaba por las calles, sin vida.  

sábado, 23 de octubre de 2010

C´est l´amour

Hasta que se enamoró de él. 
Se convirtieron en uno sólo. 
Él  vivía para ella, ella para él, nada ni nadie más existía 
a su alrededor cuando el tiempo les daba una tregua, 
la suerte les echaba un  capote, 
y podían estar juntos.
Disfrutaban cada segundo de su compañía, 
cuando antes despilfarraban minutos haciendo de todo, 
ahora eran felices incluso haciendo nada.
Eran tal para cual, 
el destino les regaló la vida al dejarles amarse.