martes, 12 de octubre de 2010

Sin Merienda....

Aún así, se acostó sin decirles que les quería.
Y es que, estaba harta de su trabajo y quizá ese hastío la llevó a convertirse
en un ser permanentemente cansado y enfadado.
Su trabajo al principio le gustaba, pero conforme creció se le quedó pequeño,
hacía tiempo que había dejado el patio del colegio.
Apenas tenía tiempo libre y su sueldo no le permitía ni disfrutar de más de tres birras
en esos momentos robados a la rutina, si no quería pasarlas putas todo el resto del mes.
Qué contrariedad!
Y aguantar toda esta mierda, para que hoy esté trabajando y le hayan robado la merienda.

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